La fascinante cultura funeraria del antiguo Egipto se revela a través de monumentales construcciones como las pirámides de Guiza del Reino Antiguo y las impresionantes tumbas excavadas en la roca de la nobleza y los reyes del Reino Nuevo. Estas estructuras, junto con tumbas más modestas, reflejan las profundas creencias religiosas, mágicas y funerarias que impulsaron a los egipcios a planificar su vida después de la muerte.

Para los egipcios, la magia servía para protegerse de las adversidades que enfrentaban en su día a día, una vida llena de grandes desafíos como enfermedades, ataques de animales, de sus enemigos, y muchos otros peligros. La magia tenía origen divino y, estaba estrechamente relacionada con los dioses. A través de la magia, desde el rey hasta las clases más humildes, buscaban protección y una vida en armonía con la naturaleza, tratando de obtener el apoyo de los dioses a través de rituales o hechizos para lograr lo deseado y repeler lo dañino y temido.

En el más allá, la magia era aún más importante, y formaba parte de los rituales funerarios que asegurarían la inmortalidad del difunto al ayudarlo a superar la muerte y tener una existencia eterna. La magia protegía al difunto en su viaje al más allá y tenía un papel importante en el mantenimiento y sustento en su vida eterna.

Desde el período predinástico, los habitantes del Valle del Nilo fueron sepultados con bienes funerarios. Desde las tumbas más simples hasta las estructuras rectangulares más elaboradas y techadas que datan del final del período predinástico y el inicio del período dinástico, los difuntos eran acompañados por una variedad de bienes funerarios, incluyendo objetos personales, elementos rituales y vasijas llenas de alimentos para su vida futura. Esta costumbre de llevar bienes a la tumba nos confirma que desde ese remoto momento, los egipcios creían que su vida en la tierra era transitoria, y que después de la muerte gozarían de una existencia eterna, pero para esto necesitarían alimentos y sustento.

Necesidades en el más allá

Tener los medios para costear una tumba y bienes funerarios era un privilegio al que solo podían acceder la elite, nobles, sacerdotes y la familia real.  Aquellos que podían planificar su vida después de la muerte querían asegurarse de tener todo lo que podrían necesitar. Creían que el difunto tendría en el más allá las mismas necesidades que tenía en su existencia terrenal. El Ka, uno de los componentes del alma humana, podía sobrevivir a la muerte, pero siempre y cuando se cumplieran ciertas condiciones. Una de ellas era la preservación del cuerpo, el Ka además necesitaba alimentos y bebida como la principal forma de sobrevivir en el más allá.

¿Cómo podían los antiguos egipcios garantizar tener alimentos disponibles para toda la eternidad? Lo que podían dejar en las tumbas era una cantidad restringida de suministros, ya que tenían limitaciones de espacio, de disponibilidad de alimentos y de recipientes, ya que las vasijas eran bienes altamente valorados. Dejar ofrendas de alimentos era común, y durante un tiempo el difunto podía contar con sus descendientes para que siguieran suministrando ofrendas, pero sabían que esto no era una solución definitiva.  Por esto, los egipcios decoraban las paredes de sus tumbas con pinturas o relieves de alimentos y ofrendas. El difunto era representado sentado frente a una mesa de ofrendas llena de alimentos: aves de corral, ganado, pan y cerveza, a veces también se representaban portadores de ofrendas en las paredes. Estas imágenes cobraban vida a través de hechizos mágicos y aseguraban que el difunto tuviera la comida necesaria para su subsistencia en el más allá; la magia desempeñaba el papel principal de ayudar al difunto a superar las limitaciones que el mundo físico presentaba para alimentar su alma.

Modelos funerarios

Había otra manera de proporcionar lo necesario en el más allá: los modelos funerarios. Se han encontrado modelos funerarios en las tumbas desde las primeras dinastías, y estos fueron utilizados a lo largo del Reino Antiguo y del Primer Periodo Intermedio.  Los “modelos funerarios” eran representaciones en miniatura de elementos y escenas de la vida cotidiana.  Estos modelos incluían figuras de servidores, animales, barcas, casas, granjas y talleres. 

Al igual que las escenas de ofrendas en las paredes de las tumbas, los modelos tenían el propósito de suministrar mediante magia, los alimentos, bebida y otras necesidades que el difunto podría tener en su vida después de la muerte.  Estos objetos eran colocados en las tumbas para asegurar la comodidad y el bienestar del difunto en el más allá.  La tumba se volvía "autosuficiente" y no dependía de que otros recitaran fórmulas mágicas o entregaran ofrendas de alimentos.

Durante el Reino Medio, los modelos funerarios fueron más populares y formaban parte de una importante industria dedicada a replicar todo lo que el difunto pudiera necesitar.   Estos modelos eran fabricados de madera y pintados, algunos primero fueron enlucidos y luego pintados; varios tenían detalles en lino, grano y otros materiales que los hacían más realistas. También hay modelos hechos de cerámica o piedras como caliza y alabastro.

 Muchas actividades están representadas en los modelos funerarios, principalmente aquellas relacionadas con la producción de alimentos y bebidas: graneros, mataderos, carnicerías, elaboración de cerveza, panadería, portadores de ofrendas. Escenas relacionadas con la agricultura, agricultores con su ganado, alimentándolos o arando la tierra, establos. Otras actividades importantes como tejedores para producir vestidos, soldados, escribas, sirvientes. Barcos para el transporte, para la pesca y barcos funerarios. Réplicas de casas y jardines, incluso acróbatas para danzas rituales o entretenimiento, entre otros.  Mediante los modelos funerarios del Reino Medio, podemos comprender las expectativas de los difuntos del antiguo Egipto respecto a lo que aguardaba en el más allá, y sumergirnos en sus creencias mágicas y funerarias.